Reino Unido pretende mantener oculta, para evitar “comentarios provocadores”, su decisión de dar el visto bueno para los ataques contra Rusia con sistemas de misiles de fabricación británica, reveló el diario The Guardian.

El primer ministro Keir Starmer no tiene ninguna intención de hablar públicamente sobre el citado tema, al concluir su encuentro con el presidente estadounidense, Joe Biden, previsto para el 13 de septiembre, en Washington, afirmó la publicación.

Para The Guardian, el tema de esa conversación versará en torno a los objetivos estratégicos de Londres y Washington en Ucrania y no precisamente, de proporcionar a ese país algún tipo de armamento concreto.

Starmer se refirió recientemente al supuesto derecho de Kiev a golpear la profundidad del territorio ruso con los misiles crucero Storm Shadow, con un alcance de 560 kilómetros, informó en su momento la agencia Bloomberg.

Una polémica declaración de Starmer

Aunque hasta ahora ningún dirigente de las potencias occidentales se atrevió a hablar abiertamente del uso de sus armas contra Rusia, Starmer defendió la idea en una conferencia de prensa, aunque solo habló de un derecho que, a su entender, posee Ucrania.

Sin embargo, representantes de la jefatura militar del Reino Unido consideraron que el jefe de Gobierno fue demasiado lejos, al permitir que fuera del conocimiento público la posición de Londres sobre la utilización del Storm Shadow, señaló el rotativo The Daily Telegraph.

La dirección militar estima que tales planes deben mantenerse en secreto hasta tanto estos se pongan en marcha realmente.

Los golpes a Rusia

Tras la incursión ucraniana en la región fronteriza rusa de Kursk, Reino Unido quedó en solitario en la defensa de la posibilidad de Kiev de atacar a Rusia con armamentos proporcionados por países occidentales.

Recientemente, la ciudad capital rusa y la región de Moscú debieron emplear a fondo sus sistemas antiaéreos para rechazar ataques de más de un centenar de drones utilizados por Ucrania.