Un memorando de entendimiento para la cooperación en materia de seguridad firmado por Estados Unidos con Panamá aparece como la fachada que para algunos expertos busca justificar la vuelta del control de Washington sobre la Zona del Canal, visto como la aplicación actualizada de su doctrina Monroe.
Desde el mismo momento en que el secretario estadounidense de Defensa, Pete Hegseth, y el ministro panameño de Seguridad Pública, Frank Alexis Abrego, firmaron el referido memorando, para algunos especialistas comenzó la cuenta regresiva de la pérdida de soberanía sobre el canal de Panamá.
Para nada Washington busca disimular las intenciones anunciadas por el presidente Donald Trump, quien consideró que la aplicación de los Tratados Torrijos-Carter en 1999 fue un error. Después se puede hablar de la amenaza de China, pero la esencia es esa, estiman expertos.

#AlmaPlusTv | El día que Panamá recuperó el Canal

💬 “Yo no quiero entrar en la historia, quiero entrar en la Zona del Canal”: general Omar Torrijos Herrera (1921-1981), quien durante su mandato como jefe de Gobierno en Panamá (1968-1981) firmó los Tratados Torrijos-Carter.

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— Alma Plus Tv (@almaplustv) December 31, 2024

El hecho de cuidar la forma al hablar del control sobre el Canal de Panamá más bien parece dirigido a la población del país istmeño, que cualquier cosa parecida al regreso de las bases militares norteamericanas a su país la ve como una traición grave a la Patria.

Los motivos y la presión

Una pregunta recurrente al analizar la rúbrica del memorando, es ¿qué necesidad imperiosa tenía Panamá de permitir el regreso de la presencia militar estadounidense en su país, cuando no existe ninguna amenaza realmente palpable en la zona?
La tarea quedaría pendiente para los encargados de llevar a término el documento, firmado, al parecer, con presión estadounidense, a tal punto que el presidente panameño, José Raúl Mulino, admitió que debió rechazar cuatro versiones antes de alistarlo para la firma.
De hecho, la Cancillería panameña debió exigir a la secretaria de Estado que incluyera en su versión en inglés la frase en el acuerdo que reconoce el liderazgo y soberanía irrenunciable de Panamá sobre el canal y sus áreas adyacentes, destaca el diario La Estrella de Panamá.

El memorando y la lectura entrelíneas

El acuerdo prevé que las fuerzas estadounidenses, cuya proporción carece de límites en el documento de 22 puntos, puede utilizar las siguientes instalaciones: Base Naval de Rodman, base aérea de Howard y el fuerte Sherman. Todas son antiguas instalaciones norteamericanas.
La avenencia aclara que esos centros estarán bajo administración panameña, indica la cadena de radio y televisión BBC.
El personal militar norteamericano podrá realizar visitas, instalar propiedades de su país y cualquier otra actividad que sea establecida de mutuo acuerdo por los firmantes, indica el texto.
Además, el arreglo no permite a Estados Unidos construir sus propias bases permanentes, aunque lo correcto sería decir, nuevas bases.
El acuerdo señala que se trabaja en un mecanismo que permita “compensar” a Washington servicios en materia de seguridad para peajes, aunque analistas estiman que esa actividad la realizó Panamá sin problemas durante décadas, sin necesidad de protección foránea.
De hecho uno de los preceptos de la neutralidad del Canal radica en que está abierto a todas las naciones y todos los buques deben pagar las mismas tarifas, con independencia del país que se trate.

¿La protesta de papel?

Desde Perú, donde realizó una visita de trabajo, el mandatario panameño aclaró que su país rechazaba el empleo de frases como bases militares permanentes y cesión de territorios porque, afirmó, son inaceptables.
Mulino señaló que en sus negociaciones con Hegseth le preguntó que si quería un lío, en caso de introducir la mencionadas frases en el acuerdo rubricado a mediados de abril de este año.
El ministro panameño de Relaciones Exteriores, Javier Martínez-Acha, negó cualquier vulneración de la soberanía nacional al firmar el memorando, refiere la cadena de televisión NBC News.

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Para el canciller, es rotundamente falso afirmar que hayamos cedido soberanía, señaló la revista Arca-Media.
La avenencia respeta plenamente la Constitución y los acuerdos sobre el canal de 1977, aseguró el diplomático.

El artículo 325 de la Carta Magna señala que “los tratados o convenios internacionales que celebre el Órgano Ejecutivo sobre el Canal de esclusas, su zona adyacente y la protección de dicho Canal (…) deberán ser aprobados por el Órgano Legislativo y, luego (..) sometidos a referéndum”.

China y el juego al billar

Mulino congeló las relaciones con China y los acuerdos suscritos y luego anunció la salida de su país del programa Una ruta, un cinturón, además de anular contratos de arriendo de puertos de la empresa de origen chino CK Hutchison Holding Limited, destaca Defensa.com.
La mencionada compañía, con sede en Hong Kong, que administra puertos a ambos lados del Canal a la salida del Pacífico, está en proceso de venta de propiedades a la estadounidense Black Rock por unos 19 mil millones de dólares.
Bajo presión de Estados Unidos, Panamá acusó a la firma Panamá Ports Company de incumplir sus obligaciones contractuales y presionó para que se retirara del país, destaca NBC News.
La empresa matriz de los referidos puertos, la CK Hutchison, anunció en marzo la venta de 43 instalaciones de ese tipo en 23 países, incluidos las dos en Panamá.

La opinión del experto

El politólogo ruso Leonid Savin señaló a Alma Plus TV que la presión política y militar de Estados Unidos sobre Panamá es una señal de alarma no solo para América Latina, sino para todo el mundo.

“Se trata en realidad un proyecto de la doctrina Monroe 2.0. Bajo la apariencia de buenas intenciones, Washington está tratando de establecer un nuevo control en la región”, comentó el especialista.

“Las declaraciones del liderazgo estadounidense sobre la amenaza China son absurdas. Más bien, estamos hablando de la interferencia en los asuntos soberanos de Panamá por parte de los Estados Unidos”, apuntó.

Los motivos del memorando que llevaron a Panamá a firmarlo quedarían siempre como asignatura pendiente para quienes aseguran que la soberanía del país istmeño sobre el Canal no fue dañada ni un ápice. La Casa Blanca, al parecer, tiene planes para demostrar lo contrario.